Sesión realizada por: Luis Quecedo Gutiérrez
Appropriateness (“Uso apropiado”) es el
concepto utilizado en el área de la salud para describir cuando se hace un uso
adecuado de la tecnología, es decir, cuando la indicación, prescripción, dispensación,
administración y seguimiento, consiguen unos resultados en salud determinados, en relación con las condiciones y circunstancias del propio paciente y del
conjunto de la comunidad.
A nivel mundial existen diversas campañas encaminadas a que
los facultativos realicemos un uso apropiado de los recursos tecnológicos, ya
que estos suponen un gasto económico, son finitos y su uso indiscriminado puede
incluso ser iatrogénico. Entre estas campañas destacan:
1- Choosing Wisely: dedicada a fomentar la
interacción médico-paciente para elegir que cuidados son los adecuados para cada
enfermo
- - NICE: guías de cuidados de
calidad, así como listas de recomendación para médicos “Do not do”.
3- JAMA Network: que dentro de sus colecciones
cuentan con “Less is more” una serie de artículos encaminados al uso racional
de recursos sanitarios.
El gobierno de España ha iniciado una campaña similar a las
anteriores en conjunto con las principales sociedades médicas españolas (COMPROMISO POR LA CALIDAD DE LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS EN ESPAÑA). En cada Sociedad Científica se conformó un pánel de expertos, encargado
de establecer las 5 recomendaciones de “no hacer” mediante el Método Delphi.
En el caso de
anestesiología y Reanimación, el número inicial de recomendaciones en la fase 1
de la campaña era de 10, a las que se añadieron 5 recomendaciones más en la Fase 2. Finalmente en la fase 3, el pánel de expertos descartó 10. A continuación presentamos las 5
recomendaciones elegidas:
1) No mantener niveles profundos de sedación en pacientes críticos sin una indicación específica.
2) No realizar radiografía de tórax preoperatoria en menores de 40 años con estado físico ASA I o II.
3) No realizar, de manera sistemática, pruebas preoperatorias en cirugía de cataratas, salvo indicación basada en historia clínica y exploración física.
4) No programar cirugía electiva con riesgo de hemorragia en pacientes con anemia hasta realizar estudio diagnóstico y tratamiento adecuados.
5) No realizar pruebas de laboratorio (hemograma, bioquímica y estudio de coagulación) en pacientes sanos o enfermedad sistémica leve (ASA I y II) previo a cirugías de bajo riesgo, con pérdida estimada de sangre mínima.
Esta campaña estaba ideada para elegir solo 5
recomendaciones, sin embargo creemos que no se deben ignorar de forma
categórica las otras 10 no seleccionadas, por lo contrario, animamos al lector a que
las considere en su práctica clínica habitual.
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